Tal como ocurriese con la telefonía fija, la transformación del puesto de trabajo estático hacia un espacio de trabajo móvil está sucediendo de manera natural, con sus propias variables y retos, amoldándose a la esencia comunicativa e interactiva de las personas.

Sin embargo, junto a la movilidad, entran en escena otros aspectos que, por su naturaleza, pueden vulnerar la seguridad corporativa. El posible hurto o extravío de un dispositivo, la conexión a redes inseguras, el riesgo de robo de información trascendental o la falta de conocimiento sobre la procedencia de determinados datos que fluyen sin control por las arterias de los sistemas de información empresariales, ponen en riesgo la seguridad de la empresa.

Para paliar esta situación, y dar respuesta a los requerimientos de teletrabajo que estos nuevos profesionales demandan, las empresas deben apostar por soluciones tecnológicas que permitan la visibilidad, previsión y control de la información.

Afrontar el reto de la deslocalización

A pesar de no existir un punto de vista único para afrontar el desafío de la deslocalización, tecnologías como la virtualización de escritorio, la gestión de aplicaciones corporativas o la gestión de dispositivos móviles se han asentado como soluciones eficaces.

Así, y desde el punto de vista técnico, la aproximación más intuitiva pasa por controlar el dispositivo final a través de un agente que permita su inventariado y la aplicación de configuraciones concretas y directivas de seguridad. No obstante, esta solución, conocida como MDM (Mobile Device Management), tiene la frontera impuesta de las propias capacidades de gestión del sistema instalado en el dispositivo (IOS, Android, KNOX, Samsung Safe, etc.).

Otro enfoque, aunque a menudo ligado al de MDM, es el de la división, cifrado y control del uso personal de dispositivos corporativos, permitiendo escenarios como el de habilitar un dispositivo de uso particular para trabajar o BYOD (Bring Your Own Device). Estos sistemas de gestión de aplicaciones móviles empresariales o MAM (Mobile Application Management) aportan seguridad, cifrado de datos, ‘sandboxing’, cifrado de comunicaciones y control de la parte empresarial, sin adentrarse en el uso personal que hacen los usuarios de sus equipos.

No obstante, el enfoque que mayor seguridad ofrece es el de la virtualización de escritorio o VDI (Virtual Desktop Infrastructure) ya que permite la ejecución remota de aplicaciones mientras los datos se mantienen dentro del perímetro empresarial. De esta forma, el dispositivo final se convierte en un terminal donde únicamente se reciben e interpretan bitmaps cifrados que se generan desde un escritorio virtual Windows o Linux. Esta solución añade además, las ventajas propias de la centralización, como la simplicidad de gestión, la copia de seguridad de los datos, y la velocidad de adaptación a los requerimientos y cambios tecnológicos que necesite el negocio.

Hacia un espacio de trabajo móvil

MDM, MAM y VDI son soluciones no excluyentes, aplicables de manera individual o conjunta para afrontar el desafío de la movilidad.

Así, y una vez superado este reto, el lugar de trabajo queda deslocalizado y alineado con la naturaleza móvil de las personas, lo que repercute en una mayor productividad, eficiencia y capacidad de comunicación, en sintonía con las necesidades funcionales de la organización. Avanzamos así hacia un entorno donde los trabajadores no necesitan de un cubículo ni de un puesto estático desde el que operar.    

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